Amados hermanos y hermanas.
En Romanos 8:5 dice lo siguiente: “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.”
Los que viven en los deseos de la carne, se caracterizan en ser personas de naturaleza materialista que están en riesgo total. Solo piensan en correr por la vida para adquirir bienes, disfrutar la vida, comprar cosas para satisfacer sus deseos de sentir los placeres del mundo, cuyas cosas cada día los van alejando más y más de tener una vida santificada a Dios. Para ellos el tiempo es escaso, nunca tiene tiempo de calidad, pasan horas y horas extraviados en las ofertas del mundo, desperdiciando las grandezas de Dios y sus mejores tiempos. En todos los cristianos maduros o verdaderos discípulos mora el Espíritu Santo, el que no tenga la experiencia de un nuevo nacimiento, no se regirá por una vivencia espiritual genuina. Esta es la única forma de agradar a Dios, y es haciendo su voluntad, usando de la mejor forma el tiempo, testificando de una buena conducta en cada actividad que realicemos, siendo de bendición para la grandeza de Él.
Dios te bendiga en este día.
Toma un tiempo para orar.
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