Amados hermanos y hermanas.
En Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Odio, pleitos, celos, contiendas, venganzas. Como nunca vivimos en un mundo de rivalidades. Seguro que más de alguien dirá. “Pero eso siempre ha sido así.” Y eso es verdad, mas sin embargo esto ha ido en aumento y lo peor, sin control. Vemos a las autoridades a todo nivel sobrepasadas. El grito de la desigualdad aumenta. Las distinciones de clases acarrean la enemistad, atentados y terrorismo. Las diferencias producen prejuicio, amargura y tumultos. El simple hecho de que unos tengan mucho y otros tienen poco o nada hace de la vida un continuo desarreglo.
¿Cómo se puede lograr la paz y la libertad en medio de todo esto? Por el contrario, los partidarios de la violencia aumentan cada día. Claro está que la violencia solo aumenta la ira y el odio en nuestra sociedad. El evangelio dice: “… se bondadoso, se benigno, se bueno…” Eso suena como una tontería en esta época de violencia. Es tontería de Dios, por eso es efectiva y necesaria. Tratar a otros como se lo merecen solo aumenta la ira. LA CADENA DE LA IRA DEBE ROMPERSE.
Dios la rompe. Él es benigno aun con los ingratos y crueles. (Lucas 6:35) La bondad cristiana no es un sentimentalismo barato. Es la manifestación de un carácter fortalecido por el Espíritu Santo. La bondad no garantiza el buen éxito; puede de hecho, dar por resultado el sufrimiento. Pero es el único camino para salir de los odios e iras de nuestro tiempo, es el único camino hacia la libertad personal. Es Jesucristo que nos tiende su mano de amor y nos libera de todo mal.
Dios te bendiga en este día
Toma un tiempo para orar
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