Amados hermanos y hermanas.
En 2ª de Reyes 4:3-4 dice lo siguiente: “Eliseo le ordenó: “Sal y pide a tus vecinos que te presten sus vasijas; consigue todas las que puedas, 4 Luego entra en la casa con tus hijos y cierra la puerta. Echa aceite en todas las vasijas y, a medida que las llenes, ponlas aparte. En seguida la mujer dejó a Eliseo y se fue. Luego se encerró con sus hijos y empezó a llenar las vasijas que ellos le pasaban.”
En este pasaje de las Escritura hay una parte del programa que nos indica la forma de como Dios hace las cosas, una habitación secreta de aislamiento para la oración y la fe en la que toda persona debe entrar para que reciba bendición y sea fructífera. Hay tiempos y lugares en que Dios nos cerca con una pared misteriosa, y nos separa de toda ayuda y modo común en que hacemos las cosas, y nos encierra para hacer algo Divino que es completamente nuevo y especial. Algo que no se ajusta a nuestra manera de pensar ni sabemos lo que ha de acontecer. En aquel lugar secreto, Dios moldea nuestras vidas en una nueva forma y hace que dirijamos nuestra atención hacia a Él. La vida de una mayor parte de las personas religiosas consiste en una monotonía de repeticiones de los mismos actos, liturgias y cosas. Pero a las personas que El guía y encierra a solas, lo único que saben es poner solamente su esperanza en El. Lo mismo que esta viuda, debemos separarnos de las cosas exteriores y unirnos interiormente solo al Señor, con el fin de ver sus maravillas. Tengamos presente que a menudo Dios nos da las revelaciones más maravillosas de sí mismo en medio de las necesidades y pruebas más amargas que podamos estar pasando.
Dios te bendiga en este día.
Toma un tiempo para orar.
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