Amados hermanos y hermanas.
En el libro de Proverbios 3:1 dice lo siguiente: “Hijo mío, no te olvides de mí ley, y tu corazón guarde mis mandamientos.”
Dios aconseja que guardemos lo más importante de nuestro cuerpo, el corazón. Allí debe habitar Él todos los días, porque de la boca habla el corazón.
La sanidad de nuestro corazón dará largura a nuestros años, pero lo más importante es que viviremos en paz con nosotros mismos y con las personas que están a nuestro alrededor, con aquellos que compartimos, con los cuales nos relacionamos en todo momento. Que nunca se aparte de nosotros la misericordia y la verdad. El problema mayor del ser humano es la mentira y la falta de amor, cuyos males también habitan al interior de la iglesia. El consejo de Dios es sabiduría y amor con el prójimo para nuestra vida.
Dios te bendiga en este día.
Toma un tiempo para orar.
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