Amados hermanos y hermanas
En el Salmos 139:1-2 dice lo siguiente: “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos.”
La mentira más común es la que nos contamos a nosotros mismos y llegamos a convencernos de que las cosas son así, pero el Señor conoce las profundidades y lo más oculto del corazón humano. La vida está llena de traiciones, mentiras, engaños y perversiones. Dios es Omnipresente y está en todo lugar y es Omnisciente, o sea, todo lo sabe. Sus ojos están sobre los caminos del hombre y mujer y ve cada uno de nuestros pasos. Ninguno de nuestros actos podremos ocultar a Él. Dios es todopoderoso y tiene la suprema autoridad sobre nosotros, por lo tanto, se complace en nuestra obediencia, quiere que guardemos sus mandamientos en nuestro corazón para que demos frutos y seamos prosperados en el camino de la verdad, de la fe y la santidad.
La mentira es la manifestación contraria a lo que se sabe que es verdad. Todo lo contrario, a la verdad afecta nuestra comunión con Dios. Si hemos engañado, volvamos a la presencia de Dios en arrepentimiento para confesar dicha mentira, buscando su perdón pidiendo que nos vuelva al camino de la verdad lo antes posible, alejando nuestra vida de la mentira. Vivamos a cara descubierta y en verdad.
Dios te bendiga en este día.
Toma un tiempo para orar.
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