Amados Hermanos y hermanas.
Marcos 10:47-52
Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
Esta es la historia de un ciego al que el Señor le devolvió su vista y no sabemos cuánto tiempo paso para que este milagro sucediera en su vida, lo que si sabemos por qué las escrituras nos lo declaran es que la recobro.
Pero observa que Jesús iba en medio de una gran multitud y el ciego al darse cuenta de que El Señor Jesús, aquel el cual hacia milagros y prodigios estaba pasando por ahí, pensó que era su oportunidad para hablarle, y decirle que él quería su milagro, y nos dice que el ciego clamaba a gran voz ¡hijo de David! ¡Ten misericordia de mí! Pues él sabía que Jesús podía hacerle su milagro, pero entonces nos dice que la multitud lo reprendía para que se callara, pero él no desiste, sino que hace todo lo contrario sigue clamando, sigue llamado a Jesús.
Y es que muchas veces querido hermano caemos en la desesperación al pensar que Jesús no nos escucha, y nos dejamos llevar por esos pensamientos negativos que el enemigo inyecta a nuestra mente, pone gente negativa a tu alrededor que el utiliza para que tú te desanimes, para que tú te sientas mal, te dicen cosas como “mira cómo le sirves y él ni te escucha” “mira como estas y El ni te responde” “estás loco mejor ya no sigas insistiendo” “mejor ya no vayas a la iglesia total tu vida sigue igual” tales cosas solo pueden venir de ese que no quiere que tu alcances las bendiciones que Dios tiene preparadas para ti, ese que quiere quitarte a toda costa ese milagro que te pertenece.
Vemos como el ciego Bartimeo en vez de desanimarse sigue firme, está seguro de que Jesús lo escuchará, su confianza esta puesta en Jesús en que Él le concederá su petición, entonces al escuchar a este hombre Jesús se detiene y lo manda a llamar e inmediatamente el ciego se levanta de donde esta, quiere decir que él no se quedó postrado conmiserándose, no se quedó ahí sin hacer nada, no se quedó ahí sentado quejándose, al contrario.
Cuantos alguna vez al ver que su situación no mejora, que su problema no se resuelve escogen la derrota, viven quejándose, viven frustrados y desesperados por qué piensan que Dios no les va a responder nunca y es todo lo contrario; no sé cuánto tiempo paso este ciego sin que pudiera obtener la vista pero su milagro llego, el aprovecho la oportunidad que tenía y llamar la atención de Jesús, ¿crees que Dios te hará un milagro si solo te vives quejando? ¿Crees que Dios te hará un milagro si dejas de congregarte? ¿Dejando de hablar con Él? ¿Dudando cada momento de Él? Claro que No, a Él no le agrada eso.
Amado hermano levántate y ve en busca de Jesús, ve a llamarlo por que ciertamente Él te responderá, ve a llamar su atención porque ciertamente te vera y se acordará de ti, desea sanarte, desea darle una solución a tu problema, desea darte lo que le estas pidiendo.
No te des por vencido, no dejes de insistir, no importa cuánto tiempo pueda pasar, pero lo que si te puedo decir es que nuestro Dios no te dejara avergonzado, pues si lo buscas lo encontraras, CONFÍA EN EL Y EL HARÁ
Dios le bendiga en este día
Toma tiempo para orar
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