Amados hermanos.
En Juan 14:1 dice lo siguiente: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.” Jesús está por partir a la presencia de Dios y con este mensaje desea tranquilizar los corazones preocupados de los discípulos y de su iglesia con confianza y esperanza en Él les dice: No se turbe vuestro corazón, cree en Dios, creed también en mí.
Los discípulos tenían razones para estar preocupados. Jesús les acababa de decir que uno de ellos era un traidor, que todos ellos lo negarían, y que Él los dejaría esa noche.
Todo esto preocupaba legítimamente a los discípulos, sin embargo Jesús les dijo, “no se turbe vuestro corazón.”
Jesús nunca quiso que tuviéramos una vida sin problemas, pero prometió que podríamos tener un corazón tranquilo incluso en una vida problemática, con pruebas, tribulaciones, con disturbios, enfermedades y “pandemias.”
En lugar de entregarse a un corazón turbado, Jesús les dijo que pusieran firmemente su confianza en Dios y en El mismo.
Este fue un llamado radical a confiar en Jesús así como uno confiaría en Dios el Padre.
Es una promesa sólida que de hacerlo les traería consuelo y paz a sus turbados corazones.
Jesús promete que está en el cielo junto a Dios, preparando una “morada celestial” para usted y para mí, y nos deja Su Palabra (Biblia), para leer, aprender y obedecerla y no desviarnos del camino y errar al blanco.
Es por esa razón que Juan 14:6 dice que: Jesús es el camino, y la verdad, y la vida, nadie va al Padre sino es por Él.
Jesús promete que volverá, y esa es otra gran promesa y la gran esperanza del creyente. Hoy más que nunca vamos adelante sin turbarnos.
Dios te bendiga en este día.
Tome un tiempo para orar.
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